Un
día, ya muy casando de cruzar el profundo río con mucha dificultad dijo
inocentemente: "Con tal de que hiciera un puente en este río, le
vendería mi alma al diablo."
Inmediatamente
apareció un hombre con saco y corbata, que le dijo: "Con gusto haré el
puente que tanto necesitas. Si lo termino antes de que cante el primer
gallo, tu alma será mía, sino me iré sin llevarme tu alma."
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpdtqbKBG25PXtDC_TOpQ_kXd7HT9TXNd8_BQixN3p7TUpIp0bVYkQemxN1XbmNV0z5x3q_VFuSy0I9dxAF7vmORYKqloabSzjaQ-4fTh80HFD3M-HrjAkawqhLZ0Ts3UkoD3ltrM1AGc/s320/miedo-vida-4.gif)
La
esposa entonces le dijo: "No te preocupes por nada, solo acuestate y
deja todo en mis manos. ¡El diablo no se llevará tu alma!".
Se
puso entonces la mujer a vigilar a los constructores del puente, y
cuando se dio cuenta que estaba cerca de terminarlo, comenzó a pisotear
con las piernas y cantar como un gallo. Esto causo que las gallinas se
despertaran y comenzaran a cacarear. El diablo desapareció y el puente
quedó sin terminar. Su alma se salvó.
Muchas
personas ha intentando terminar el puente, pero cada vez que ponían un
ladrillo o construían algo se caía. Según se dice, solo el diablo puede
terminarla, pero a cambio del alma de alguna persona
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